Por decreto. O por poderes. Por no decir por gónadas en general! Pero ya que en estas fechas nos arrimamos más al formato 75 cl, al brindis (con cuidado) y a la “champañización” indiscriminada, por qué no este día de exaltación de lo lámbico y la fermentación mixta??
Y para eso tenemos a los gigantes del estilo. Desde Bruselas, Cantillon despliega parte de su gama, siempre amplia y alta! Rosé de Gambrinus lote 2019, su mítica lámbica de dos años después macerada con 200 gramos de frambuesa por litro, con un año extra de guarda en la bodega de la fábrica. Versión 2019 también la Cuvée Saint Gilloise, elegante mezcla de lámbicas con el toque extra del lúpulo noble Hallertau. Fresca, último lote de la casa, su Gueuze creada con una mezcla de lámbicas de uno, dos y tres años, más un año en botella para carbonatar como es debido en el estilo.
Flanqueando a estas lámbicas, algunos de los mejores ejemplos en el mundo de la fermentación mixta. De un lado las 2 recetas de Rodenbach más aclamadas, la versión Vintage del año 2017, barril 198 elegido por el maestro cervecero para esta edición limitada, y la Caractere Rouge de la casa, roja de Flandes como todas las joyas de la casa, macerada con cerezas frescas en barricas de roble. Del otro lado, la cerveza emblema de BFM (Brasserie des Franches-Montagnes) y mito en la cerveza moderna, Abbaye de Saint Bon-Chien. Sour ale de 11 grados que fermenta en barrica de vino añejo con las levaduras y demás microbiota que pueblan la bota en cuestión…
Larga vida al miércoles ácido!