Vamos a darnos el gustazo de disfrutar esta semana de enormes cervezas. Dicen que las grandes esencias se encierran en los frascos más pequeños, pero con esto de la cerveza, mejor que pase lo contrario. ¡Enormes cervezas en formatos grandotes!
Para empezar, la Sloth de Amager. Estos chicos son los principales causantes del fenómenos de las “micros” en Dinamarca, pioneros que abrieron el camino a To Øl, EvilTwin o Mikkeller. En los noventa desde su sótano fueron creando sus sabrosas cervezas de inspiración americana hasta colocarse a la cabeza de los artesanos. Su Sloth (pereza) es una de las siete recetas de su serie dedicada a los pecados capitales, una cerveza con un único tipo de malta (Pilsener) y un único tipo de lúpulo (Simcoe). El resultado es una APA monovarietal de enorme calidad, ideal para consumir en los momentos más relajados y perezosos del día.
Seguimos con la Animator, la doppelbock de los grandes de Munich Hacker-Pschorr. Una “bicha” de color caoba, marrón intenso y reflejos rojizos. Con un aroma dulce embriagador, con notas a caramelo, frutos secos y alcohólico. Sus ocho grados están presentes en el trago, y su dulzor de inicio, que va dejando paso a un intenso tostado que termina en un agradable regusto amargo a frutos secos.
Y, para terminar, vuelve la TapX 2014 de Schneider Weisse, su porter de trigo. Una cerveza audaz que combina dos estilos de cerveza aparentemente alejados y díscolos (trigo alemán y porter británico). Tras una porosa corona de espuma encontramos un licor color ébano con toques iniciales a café y chocolate. La malta muy tostada aparece en el paladar y aporta un fino amargor a la cerveza, con un final agradablemente seco. El aroma es muy complejo, perfecta expresión de la asociación de estos dos estilos de tanto contraste.